La atención médica es un derecho humano, y todos los residentes de Pensilvania merecen tener acceso a atención médica asequible y de calidad, ahora y siempre. Desde el primer día, me he comprometido a fortalecer y ampliar la Ley de Atención Asequible para mejorar la cobertura para todos los estadounidenses. Una de mis primeras prioridades en el Congreso fue introducir legislación para finalmente hacer que el seguro proporcionado por el empleador funcionara para las familias al cerrar la brecha legal del “Family Glitch” (problema familiar) que impedía que muchas familias pudieran obtener una cobertura asequible para cónyuges y dependientes. Me enorgullece que después de liderar la lucha para cerrar esa brecha legal, la Administración de Biden haya actuado para solucionar el “Family Glitch”.

Estas son mis prioridades:

• Hacer asequibles los medicamentos recetados que salvan vidas. Me enorgullece ser una voz líder en el Congreso en cuanto a la reducción del costo de los medicamentos recetados, y he mantenido mi promesa de no aceptar nunca un centavo de las grandes farmacéuticas. Luché y gané cambios importantes en el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá para garantizar que los pacientes estuvieran protegidos de los precios más altos. Durante la crisis de COVID-19, dirigí una iniciativa para limitar el precio de los medicamentos recetados diseñados para tratar afecciones médicas derivadas del virus y, este año, voté a favor de limitar el precio de la insulina a $35 al mes. Uno de mis días de mayor orgullo en el cargo fue votar “sí” a favor de la Ley de Reducción de Costos de los Medicamentos, que finalmente daría a Medicare la capacidad de negociar los precios de los medicamentos y pondría esos precios más bajos a disposición de todos los estadounidenses, no solo de los que tienen Medicare.
• Tomar medidas audaces para combatir y tratar la crisis de los opioides. En todos los niveles y desde todos los ángulos, es fundamental que construyamos una cultura de empatía y tratamiento en torno a la epidemia de opioides. Me enorgullece ser un miembro activo del Grupo de Trabajo Bipartidista sobre Adicciones y Salud Mental de la Cámara de Representantes. Abordar y resolver esta crisis requiere (1) reconocer que el abuso de drogas es un problema médico, no penal; y (2) proporcionar proactivamente a las comunidades los recursos que necesitan para combatirlo de manera efectiva. Me enorgullece haber trabajado con mis colegas republicanos al otro lado del pasillo para ofrecer apoyo bipartidista a quienes sufren de adicción a los opioides. Nuestras comunidades han visto directamente la devastación de la crisis de los opioides, y debemos continuar brindando apoyo federal para una epidemia con efectos tan generalizados.
• Sacar la atención de salud mental de las sombras. Cuando el suicidio afectó a mi familia hace tres años, convertí en una de mis principales prioridades abogar por una atención de salud mental accesible y asequible. Desde entonces, he introducido legislación para abordar el suicidio en los campus universitarios y facilitar el acceso a la atención de salud mental para las familias. Mi proyecto de ley para proporcionar exámenes de salud mental a personas mayores se convirtió en ley como parte de la Ley de Estadounidenses Mayores. Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el número de llamadas y mensajes de texto a los centros de crisis ha aumentado, y es más importante que nunca garantizar que eliminemos el estigma en torno a la salud mental y que todas las personas que necesitan atención de salud mental de calidad puedan obtenerla. Es por eso que trabajé tan duro en mi proyecto de ley para mejorar la atención de la salud mental y apoyar a los héroes de la atención médica que vieron lo peor de la pandemia, la Ley de Protección de Proveedores de Atención Médica Dra. Lorna Breen, promulgada como ley.

En la nación más rica del mundo, ningún ciudadano debería tener que arriesgarse a la quiebra, tomar un segundo trabajo para cubrir los costos de la atención médica o tomar la angustiosa elección entre poner comida en la mesa o recibir atención para sí mismo y para sus familias. Mi trabajo en el Congreso se guía por esa creencia inquebrantable todos los días.